Creía que escribir
era solo de poetas,
pero hoy sé
que no solo ellos pueden hacerlo.
Que basta con tener
algo en el pecho
que nos empuje fuerte,
que quiera nacer,
para que la tinta
deje constancia sobre una página,
de ese torbellino de sentimientos
que nos revolotea adentro,
acariciándonos, o a veces,
hiriéndonos el alma.
Y es un desahogo
dejar sobre “esta página”
lo que sé que es en vano decirte,
porque tus oídos
y tu corazón, están cerrados,
a esta desesperación de no tenerte,
de amarte tanto y sentirte alejado,
de necesitarte aquí conmigo
y saberte perdido.
Tal vez un poeta
te diría todo esto
mezclado en una rima perfecta,
pero yo no lo soy,
y no dije que por escribir lo fuera,
solo dije que cualquiera escribe lo que siente,
aunque en un papel su poesía muera.
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